martes, 28 de noviembre de 2006

TABÚ. Los Tabúes catalanes merecen una mención aparte porque sólo afectan a Barcelona en la medida en que ésta es su capital.
1º. Los negreros catalanes: Televisió de Catalunya y BTV han llevado a cabo una labor encomiable de recuperación de la memoria histórica. La parrilla está llena de documentales y programas de ficción sobre la historia de Catalunya, desde el medioevo hasta el siglo XX, haciendo especial hincapié en la guerra civil y la transición (memorables los docs sobre Andreu Nin, “L’or de Stalin”, hurgando en los archivos de la antigua KGB y rescribiendo la historia, “Les fosses de l’Oblit”, “El 23-F desde dins”, etc) pero nunca se ha querido hablar del dinero que los indianos catalanes ganaron en las Américas, sobre todo en Cuba y Venezuela, explotando sus recursos naturales y comerciando con esclavos. Es cierto que todo ese patrimonio es el responsable de la expansión, la prosperidad y la mejora de antiguos pueblitos de pescadores en lo que más tarde sería Premià de Mar, Arenys de Mar, Sitges, etc. Pero está claro que el origen de esa riqueza merece un mea culpa oficial, y ya tardamos. Por cierto, un mea culpa que podría oficializarse el día de la Hispanidad. Es una idea.
2ª. El origen judío de muchos apellidos catalanes. Debido a la cultura católica de la mayor parte de la población catalana, el origen judío-sefardita de muchos catalanes ha sido motivo de secreto y encubrimiento, como si eso fuera una vergüenza.
Debido a las riquezas que obtenían gracias al comercio y a los favores de Jaume I y de la protección que éste les brindaba, los sefarditas eran objeto de las sospechas y el odio del pueblo, y el 5 de agosto de 1391, un grupo de hombres entró en el call de Barcelona y mató a más de trescientas personas e incendió todo el barrio en sólo una hora. En efecto, aquí también hemos llevado a cabo pogromos, pero estos hechos no los conoce la mayoría de la población catalana, simplemente porque se ocultan.
Son de origen sefardita (o árabe, aunque los sarracenos sólo estuvieron en Catalunya ochenta años) los apellidos que empiezan por ben y bar (hijo de en hebreo y arameo respectivamente, como Benages, Bardagí, Benavides, Ventura, Benjumea, los Bonet de Baleares), algunos de los topónimos (Reus, Girona, Figueres), botánicos (Alzina, Pi, Om, Mora, Roura) además de Sanahuja, Porta, Rubinat, etc.
Hay sin embargo ciertos personajes televisivos que sí han reivindicado esta herencia a pesar de confundirla falazmente con una defensa acérrima a la política de Israel.
Corrupción. El día que Maragall le dijo a Artur Mas que su problema era el 3%, en referencia a un artículo de prensa donde se informaba de las sospechas de que el gobierno anterior, de Convergencia, hubiera cobrado unas comisiones del 3% en la asignación de las obras públicas, ese día, algo se rompió en la política catalana, algo tan esencial como la competencia: el pacto de silencio. Hubo una comisión, en la que alguien dijo por ahí que nada de tres, sino el veinte por ciento en comisiones, pero la prensa dejó de hablar y como si no hubiera ocurrido nada. En la calle se hablaba más de la falta de elegancia de Maragall que no del tema. Parecía que el sentimiento general estuviera más próximo al “con ellos tengo trabajo y las calles están limpias” de los marbellíes que a la confirmación de un robo, de un caso de corrupción. Guante blanco. Del mismo modo, cuando se supieron los niveles de contaminación de algunos tramos del río Ebro el partido ecologista del tripartito enmudeció, y con la misma soltura, dejó pasar los días hasta que la prensa dejó de hablar del tema. La posible implicación de algunos diputados del Parlament en el caso era demasiado grave para la “convivencia política del país.”

(Dibujo: "Europa sostenida por África y América". William Blake)
Lucas Quejido.

lunes, 27 de noviembre de 2006

Gato Pérez:

Xavier Patricio Pérez, Buenos Aires 1951-Barcelona 1990.

La poesia de l’experiència, la filosofia de barra de bar, la lírica de la milonga, el tango i la rumba catalana (v. Rumba de Barcelona), i una sort negra que clama al cel. El Gato va arribar a aquesta enèrgica ciutat quan començava a despertar, després de 40 anys de franquisme i just al moment en què l’escena musical barcelonina es repartia entre La Cançó i el descobriment del rock simfònic anglosaxó. Ell, en un dels seus atacs de “lucidesa celeste” es va inventar el Rock Laietà. Ni pa ti ni pa mi. Aquesta mena d’equacions de barra, on els factors fonamentals eren el compromís amb la progresia de Zeleste que el va acollir i alhora la seva militància en la universalitat de la música i l’escepticisme nihilista de la poesia li van costar la carrera i, de retruc, la vida. El joc a dos bandes, el relativisme, l’assaig, la prova, la supervivència, el dubte, la solteria i la indefinició política continuen sense perdonar-se en un país fet de mescla i confusió lingüística dirigit per una classe política que sempre ha jugat a dos bandes per bé de la seva supervivència. Ironies de la vida o una altra veritat incòmoda?

Potser l’única i més incòmoda veritat és que el Gato no va poder aguantar la insuportable deriva existencial que l’ha convertit en el més gran poeta de la rumba catalana. Ay cuánto amor, cuánto dolor... fins que un dia li va reventar el cor. Després, les discogràfiques es van repartir les seves gravacions inèdites com si fosssin calderilla. Van haver de passar casi trenta anys fins que les filles poguessin recuperar el material escampat, i algun més perquè un director de cine fes una –mala- pel·lícula d’homenatge. Què en queda? Una idea milionària i invendible: la Banda Sonora Original de la ciutat de Barcelona.

miércoles, 22 de noviembre de 2006

Josep María Carandell, en su libro Guía Secreta de Barcelona, cuenta una anécdota de las muchas que, hace unas décadas, rondaban en Barcelona sobre el senyor Fallarons, del que no se puede afirmar su verdadera identidad, pero cuyas peripecias representan el mejor testimonio de la mentalidad de la burguesía catalana. Cito textualmente:

Una noche, al entrar en su palco del Liceo, la señora Fallarons increpó de esta manera a su esposo:
-Fallarons, me he enterado de que tienes querida.
El señor Fallarons (…) no se inmutó, acostumbrado como está a que su esposa le hable de las cosas más improcedentes en los momentos más inoportunos. Se quitó el abrigo, se sentó, con los brazos en el antepecho del palco, y dijo a su mujer:
-Parece mentira que aún no te hayas dado cuenta de los problemas que la competencia me trae en los últimos años. ¿Y qué he tenido que hacer yo? Ellos se compraron un Alfa Romeo y yo cambié en seguida el mío por un Porsche. Después ellos se hicieron construir una “torre” de veraneo en Premià y, al año siguiente, yo ya tenía una el doble de grande al lado de la suya. Ahora, él ha tomado una querida, ¿qué querías que hiciese?... Mira, Montserrat: la suya es aquella morena de la sexta fila con el vestido color granate… Y la mía es la rubia con collar de perlas, del segundo palco…
La señora Fallarons estudió a las dos mujeres a través de los prismáticos y dijo finalmente:
-Pues mira lo que te digo, Fallarons: me gusta más la nuestra.

(Guía Secreta de Barcelona. Josep María Carandell. Editorial Al-Borak. 1974)

Lucas Quejido.



MERCÈ
v. Mersedes, Merseditas

domingo, 19 de noviembre de 2006


MAREMAGNUM

Edificio rectangular situado en el puerto de Barcelona cuya función sigue siendo un misterio. Construido a principios de los noventa a tenor de la remodelación del puerto, el edificio fue diseñado según la estructura del típico bulevar cubierto de las zonas residenciales estadounidenses. Pero si en éstas, la distancia entre el domicilio y el centro comercial puede ser de varios kilómetros, y por ende, el edificio que alberga los comercios ha de ser grande y ofrecer todo tipo de servicios, el Maremagnum está a menos de un kilómetro de Colón, y su oferta diurna no es en absoluto diferente a la que podemos encontrar en el centro de Barcelona. De hecho, apenas hay tiendas exclusivas en el Maremagnum, y los restaurantes nunca han destacado por ser algo más que cepos para turistas.
Pero si la oferta diurna peca de poco original, la nocturna se caracteriza por ser la más vulgar del centro de Barcelona. De noche, el Maremagnum se convierte en un palacio de bares y discotecas, con predominio de oferta de música latinoamericana, cuya absoluta falta de criterio en la decoración y en la selección musical se queda corta delante de la falta de profesionalidad de los camareros y el carácter violento de los empleados de seguridad. En pocas palabras, Barcelona se ha permitido el lujo de construir un edificio inútil de día y feo, caro y peligroso de noche, del que huyen consumidores, paseantes y amantes de la música latinoamericana. El único aspecto positivo del Maremagnum es que los turistas que acudan a él no estarán en Las Ramblas.

Lucas Quejido.

MAREMAGNUM-IMAGENES DE ARCHIVO 1999









Deborah Fernández

sábado, 18 de noviembre de 2006


CASA DE L’ARDIACA
La casa que mira cap a la catedral y que coneixem amb aquest nom per haver sigut construïda per l’ardiaca Lluís Desplà a finals del segle XV, guarda una anècdota de sàtira típicament catalana relacionada amb la bústia que decora la façana. Al any 1870, després d’haver sigut restaurada durant l’època que acollí la seu del Palau de Justícia, el Col.legi d’Advocats de Barcelona la va comprar y encarregà una obra d’adaptació a l’arquitecte Domènec i Montaner, a qui també li demanaren dissenyar una bústia. L’arquitecte aprofità la ocasió per dir la seva, i li encarregà a l’escultor Alfons Jujol una bústia de pedra amb unes orenetes y una tortuga. Quan va arribar el degà del Col.legi d’Advocats i va veure l’intrigant relleu li va demanar una explicació a l’arquitecte, y aquest respongué:
- És un símbol de la Justícia. Té ales com les orenetes per volar ben alt, però els seus procediments administratius són tant lents com el pas d’una tortuga.
El degà aixecà la cella.
-Amic Domènec, no podria haver posat un altre símbol?
-Sí, podríem haver posat una cartela on hagués escrit amb lletres antigues un refrany popular de l’Edat Mitjana. També quedaria molt bonic.
-Y quin seria aquest refrany tan antic?
-Doncs un que li escau a la perfecció.

Advocats i procuradors
a l’infern de dos en dos
.

-Amic Domènec, em sembla molt millor la oreneta i la tortuga; deixem-ho així.


(Font: Curiosidades y Leyendas de Barcelona. José María de Mena. Plaza & Janés.1990. La traducció es meva, què li farem)

Lucas Quejido.

martes, 14 de noviembre de 2006


CARAJILLO.
A pesar de ser un fenómeno extendido por todo el estado español, el carajillo es un invento de la comarca del Barcelonès, y la mejor prueba de ello es la gran profusión de teorías sobre su origen que se disputan las poblaciones de dicha comarca. De todos modos, la más marciana es sin duda la de Josep Pla. Según este polémico escritor (Víctor Alba, y sólo es un ejemplo, recordaba cómo se descubrió en el Ateneu Barcelonés que Pla no había sido nunca socio, a pesar de venir con frecuencia, y de cómo había arrancado páginas enteras de las enciclopedias de la biblioteca), la combinación de café y aguardiente, así como su nombre, provenía del tiempo en que los transportistas de la Barcelona amurallada de principios del siglo XiX iban y venían de los pueblos de Gràcia, Sarrià, Sants, etc. Según parece, al tener mucha prisa al término del almuerzo, pedían al mesonero que les mezclara el café con el aguardiente, y le decían: “Posa’m-ho junt que ara guillo…” De este “que ara guillo” venía el carajillo. Oír para creer.
La versión que parece más razonable es sin duda la de Badalona, según la cual, los indianos badalonenses que habían hecho fortuna en las américas tenían por costumbre darle a los esclavos un carajo cada mañana para que empezaran a trabajar con ímpetu. El carajo era café con ron, y la versión reducida importada por estos indianos empezó a llamarse carajillo.
Los catalanistas de pa sucat amb oli, empeñados en que el catalán se parezca lo menos posible al castellano, han querido imponer el cigaló para sustituir el carajillo y su cacofónica jota castellana, sin tener en cuenta que en catalán carajo es caray, es decir, lo mismo. No nos olvidemos del famoso “Cavall de Sant Bernat”, la roca de forma fálica de Montserrat, un estúpido eufemismo de “el Caray de Sant Bernat”. Por cierto, cigaló es la palabra gironina con la que se designa el chupito.

Lucas Quejido.

Kentucky:

Bar de copes i hores mortes, de pacients promeses i morts de gana de la cultura catalana. Panxa a panxa: músics, putes, moros, realitzadors i poetastres. Un idílic cau de merda des d'on planejar el pròxim moviment emboirat per la complicitat d’una espontània i estreta col·laboració; una mentida preciosa. Situat entre el barri xino i el barri xino, just on es comencen a perdre papers, el Kentucky va conservar intacta la decoració de putiferi de mariners americans del port de la Barcelona dels seixanta fins fa pocs anys. Neons fucsies i fotos de portaavions, barra d’escai color borgonya i una autèntica jukebox de calderilla com a únic equipament musical. Val a dir que la meitat dels ara milionaris Dj’s de l’ara Raval s’ha deixat els cuartos practicant amb la mecànica colorista d’aquella màquina de parsimònia musical. Barucho de lavabo franc i mirada sostinguda, estret de mides i ampli espectre sociològic, de taules brutes de confessions virginals d’una generació que s’hi va deixar la pell.

lunes, 13 de noviembre de 2006



CANALETES. Fuente situada en la parte norte de Las Ramblas y que da nombre a ese tramo. Escenario habitual de las celebraciones de cada victoria importante del Barça, las cuales se han convertido en los últimos años en un verdadero quebradero de cabeza para el ayuntamiento debido a los destrozos y los saqueos a los comercios colindantes. Si en años pasados el pato lo pagaba el Burguer King por razones obvias, ahora se ha puesto de moda saquear las tiendas pijas del Triangle en la calle Pelayo. El ayuntamiento llama “descontrolados” a los que así actúan, sin tener en cuenta que lo que mueve a estos saqueadores es la codicia material, pilar fundamental del capitalismo, cuya ideología profesan abiertamente todos los partidos políticos del parlamento catalán. Los autores de estos saqueos, al contrario de lo que pudieran pensar ellos mismos o los políticos, están “controladísimos”.
La fuente de Canaletes comparte con la Fontana di Trevi de Roma la leyenda de un regreso seguro a la ciudad si se cumple con el ritual establecido, el problema es que si en la fuente romana se trata simplemente de tirar una moneda, en Canaletes tienes que beber su agua.


AGUAS DE BARCELONA. Esta empresa privada es la que gestiona, abastece y cobra el agua que los barceloneses utilizan en sus casas para ducharse, fregar platos o regar las plantas. Que un bien común sea gestionado, suministrado y cobrado por una empresa privada relega el uso privado de la misma a la categoría de lujo. Sin embargo el barcelonés tiene el consuelo de pensar que al menos la empresa en cuestión es catalana, cosa que no ocurre en Argentina, donde también gestiona, abastece y cobra el agua la misma empresa. Si imaginamos un pueblo aislado en una región deprimida de la Europa de las Naciones, donde el pozo es custodiado por un hombre que cobra cada vez que un vecino se acerca con la simple intención de sacar agua, la tarea de esta empresa no nos parecerá tan obvia.
Por otra parte, el agua que esta empresa suministra es asquerosa, comparada con la de otras regiones de la península, y existe la sospecha de que se manipula para que sea lo peor posible y así el negocio del agua embotellada siga siendo igual de fructífero.
El número de fuentes públicas en Barcelona es ínfimo porque existe el riesgo, para la empresa, de que muchos vecinos se sirvan de ella en lugar de pagar el agua corriente.

MACBA. Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Este proyecto arquitectónico, encargado a un arquitecto que hurgó entre sus papeles y encontró un boceto ideal para una ciudad en pleno sueño provinciano de ser la más moderna, parece un lavabo gigantesco. Paradigma insuperable del parachuting (un edificio que cae sobre una ciudad como si hubiera venido en paracaídas), el MACBA se esparció como un huevo frito y manchó los edificios del ala oeste con un muro de tres plantas, preciosamente decorado con un precioso mural de Chillida, el más preciado copión de Oteiza (por eso al otro lado hay un modelo de “La Ola” de Oteiza, para compensar). Este muro impide que llegue la luz del sol a los balcones traseros de este edificio de la calle Joaquim Costa, pero no pasa nada, la ciudad ha ganado un museo, una plaza donde paulatinamente se va prohibiendo todo aquello que el vecindario hace en ella (fútbol, cricket, skate, patines, etc), una librería subsidiaria y en definitiva, un lugar ideal para rodar spots y campañas electorales del partido que gobierna en el ayuntamiento donde unos chavalillos hacen todo eso que está prohibido hacer en la plaza.

Lucas Quejido.



Deborah Fernández